El camino recorrido por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN o EZ) ha estado marcado por grandes aciertos, pero también por importantes desatinos.

Los momentos en los que el EZ ha actuado de manera brillante han quedado en la memoria de las mujeres y hombres que los han acompañado. Sin embargo, los errores deben ser recordados para no ser repetidos. La discusión sobre los errores, los aciertos y el actuar de las organizaciones que se reivindican revolucionarias, es lo que les hace serias y democráticas, y en el afán de construir herramientas con estas características, es que hoy planteamos esta discusión.

El subcomandante Marcos hoy reconoce equivocaciones y para rectificar el rumbo, hace un llamado a los que ignoró hace años.

La Sexta Declaración y La otra campaña, constituyen una gran oportunidad para enmendar fallas, pero para dar este paso es necesario analizar las circunstancias y decisiones que llevaron al EZLN a quedarse prácticamente aislado después de haber sido la fuerza que despertó al país de un largo letargo.

Primer acto: la insurrección
Quién no recuerda aquella gloriosa mañana del primero de enero de 1994 cuando México se despertó con la noticia de que los indígenas chiapanecos se habían alzado contra del mal gobierno.

A partir de ese día, la comandancia del EZLN saltó a la vida pública, llevando la voz de los de abajo a las primeras planas de todo el mundo.

La Primera Declaración de la Selva Lacandona, documento en el que daban a conocer sus demandas y plan de lucha, era un llamado para estallar la revolución en contra del dictador, en pocas palabras, desconocían al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari y llamaban a luchar en contra del Tratado de Libre Comercio (TLC) y en defensa del artículo 27 constitucional, referente a la tierra.

El levantamiento generó gran simpatía en la población. Fueron semanas en las que trabajadores, estudiantes y campesinos discutieron apasionadamente sobre el curso del país y se sumaron a la declaración de guerra del EZ.

Era la oportunidad para que la dirigencia del EZLN llamara a crear un gran frente de todas las organizaciones obreras, populares, campesinas, indígenas y estudiantiles que organizara la lucha contra el gobierno. El germen estaba ahí, en todos los rincones del país comenzaban a conformarse comités de apoyo a los insurrectos, la organización del pueblo se gestaba, y entonces vino el llamado del EZLN a asistir a la selva.

Segundo acto: la Convención Nacional Democrática (CND)
El EZLN lanzó la convocatoria para a asistir a la CND… que finalmente de democrática sólo tuvo el nombre.

Esta era la gran oportunidad de la dirigencia zapatista para cambiar el rumbo del país, de hacer un llamado a la clase trabajadora a impulsar un movimiento que bien podría haber culminado en una revolución, en el gran cambio que el país y la población trabajadora necesitan. Pero la decisión fue otra.

La CND resultó ser una reunión de precampaña para el candidato burgués Cuauhtémoc Cárdenas. El EZ le cedió el mando y la organización de la CND al PRD; las discusiones generadas en las mesas de trabajo fueron intensas, ya que había sectores que se oponían a la línea de los perredistas, que pretendieron que la CND resolviera votar en las elecciones por Cárdenas. Al final la reunión en la selva, que podría haber sido una semilla revolucionaria, se convirtió en un espectáculo mediático.

La dirigencia perredista, a través de la Comisión Nacional Organizadora, recurrió a la difamación y el autoritarismo para expulsar y aislar a aquellas voces que se opusieron a sus políticas (especialmente el POS), y finalmente, los resolutivos de la CND se redujeron a un llamado a luchar…pero desde las urnas, es decir, a respetar los métodos establecidos por la dictadura priista (está de más decir que las elecciones hasta ese entonces no eran más que una pantomima consagrada a mantener la ilusión de que la dictadura no existía).

En ese momento, la dirigencia zapatista olvidó las primeras declaraciones perredistas contrarias al alzamiento, y desestimó la importancia de aglutinar a los trabajadores y campesinos, decidiendo así confiar en el camino marcado por el PRD, un partido burgués que intentaba ganar puestos de poder, pero sin trastocar el sistema ya existente.

Pensar que el PRD podía ser un aliado para alcanzar la justicia por la que se levantaron los indígenas fue el más grave error de la dirección zapatista, el no haber optado definitivamente por la lucha de clases, generó la cascada de acontecimientos que vino en años posteriores.

Al abandonar el espíritu de la Primera Declaración, los zapatistas cometieron tres graves equivocaciones que se manifestaron en diferentes momentos con distintas caras:

1. Haber confiado en una dirección burguesa.
Para decirlo con la terminología que hemos empleado en este número de esta revista, la dirección del EZLN adoptó, luego de la insurrección del 1 de enero de 1994, una estrategia propia de la tradición menchevique y estalinista, es decir, su política fue frente populista, o sea que privilegió la alianza con la burguesía, en vez de proponerse la alianza con el proletariado. El EZ desestimó a la clase trabajadora y buscó a los supuestos burgueses buenos, progresistas, nacionalistas y demócratas. Los encontró en el PRD y en Cárdenas y se subordinó durante años a ellos. En la CND, la ausencia de los obreros y sindicatos fue notable, de seis mil delegados, aproximadamente 350 representaron a trabajadores de cerca de 57 sindicatos y corrientes sindicales de todo el país. La dirigencia zapatista y el PRD jamás se preocuparon por garantizar la participación de este sector, pero si centraron sus energías en lo que con los años constituiría su principal fuerza, la intelectualidad y la pequeña burguesía. A partir de entonces, el término sociedad civil, comenzó a sonar en boca de los seguidores de Marcos, olvidando que las clases sociales existen, aunque se pretenda anularlas a través del lenguaje. Marcos declaraba: Hay grupos de poder, los más nacionalistas, que están invitados a la Convención, que no tiene carácter de clase. En ese punto pueden coincidir desde empresarios hasta indígenas analfabetas o ciertos sectores de la iglesia (Proceso, 1-08-94)

En la Tercera Declaración de la Selva Lacandona llama a los obreros, campesinos, estudiantes y sociedad civil a seguir luchando en contra del gobierno, y aunque este llamado fue correcto, perdió toda validez al pedir que los sectores de la clase trabajadora se subordinaran a la autoridad ¿moral? y jefatura de Cárdenas, quien sería ungido como dirigente de un “Movimiento de Liberación Nacional” (que el ingeniero nunca estuvo dispuesto a acaudillar).

Tras la derrota electoral de Cuauhtémoc, en agosto de 1994, Marcos continuó haciéndole segunda al hijo de Lázaro y en un comunicado titulado La larga travesía del dolor a la esperanza escribía: “el transcurso del tránsito pacífico y civil a la democracia, la libertad y la justicia tenía, hasta agosto de 1994, en Cárdenas un seguro conductor, honesto y consecuente”.

La brecha entre el EZLN y las importantes luchas obreras de esos años, se hizo patente en el silencio zapatista alrededor de la lucha del SUTAUR 100. En la marcha multitudinaria del primero de mayo de 1995 (quizá la más numerosa en la historia nacional), el EZ no envió ningún saludo a la clase trabajadora. Este silencio marcaba la distancia que mantendría con los trabajadores hasta este 2005.

2. No haber planteado la lucha por el poder de los obreros y los campesinos, confiando en los partidos de la burguesía y en sus métodos
En un inicio el EZ hablaba de derrocar al dictador, consigna correcta y progresista en el año del 94; sin embargo llamaba a los demás poderes de la Unión a tomar el poder tras la caída de Salinas, nunca se planteó la formación de un gobierno de los trabajadores, campesinos e indígenas. A los pocos meses del levantamiento Marcos declaraba que: Los compañeros han sido claros de que el EZ no busca el poder ¿Por qué nos quieren hacer partido político si nosotros no queremos poder? Nosotros queremos vivir en paz, con democracia, libertad y justicia.

En cuanto a los partidos políticos, decía: Por eso nosotros decimos que no estamos en contra del PRI, PAN, PRD, PPS, PARM, ni de nadie. Cualquiera de ellos que gane, lo respetamos, pero para nuestra concepción de democracia, el que sale ganando es porque te ofreció algo y porque tiene que cumplirlo (Yo, Marcos, 1994, pags. 99-101). Esa declaración tiene lógica, al confiar en la dirección del sol azteca y llamar a votar por Cárdenas, automáticamente se tiene que confiar en los métodos de la burguesía, y si se confía en esos métodos, cualquiera que gane las elecciones será un gobernador legítimo…y por supuesto, nadie volvió a hablar de derrocar a nadie.

Bajo la ilusión de la democracia burguesa, el EZ confiaba que después del derrocamiento del PRI en las urnas en el año 2000, el conflicto encontraría solución. Y es así como se aprestaron a realizar una Caravana rumbo al D.F.. En este contexto, Marcos declaraba a La Jornada (30/02/01): se está más cerca que nunca de alcanzar la paz en Chiapas…la sociedad encontró en el 2 de julio una forma de actuar…el proceso electoral es una forma de hacer algo (…) Creo que tendremos éxito en los diálogos con el gobierno, la guerra llegará a su fin y podremos seguir con nuestras vidas…” Cinco años después, la realidad ha demostrado lo contrario.

3. Circunscribir las demandas de su lucha a la cuestión indígena, abandonando objetivos como la lucha contra el TLC y por la tierra
La causa primigenia del levantamiento indígena era la lucha por la tierra arrebatada, era la lucha contra los grandes latifundios que se habían apropiado de lo que le pertenece a los pueblos indios. Eran diez demandas que interesaban a todos los pobres y desvalidos del país, no sólo a los indígenas. Era también conquistar la “liberación nacional” de México, como rezan las mismas siglas del EZLN.

La promesa de devolver la tierra a los campesinos se cambió por la exigencia de una legislación que garantizaría autonomía a los pueblos y comunidades indígenas. El EZLN cedió en este punto medular, llegando así a los Acuerdos de San Andrés y finalmente a la limitadísima Ley COCOPA.

El EZLN actuó de manera correcta al obligar al gobierno a sentarse a negociar, sobre todo cuando llegaba fortalecido por el respaldo de las movilizaciones nacionales e internacionales. Sin embargo, al ceder en puntos fundamentales, retrocedió un trecho importante del camino ganado.

Tristemente, las negociaciones con el gobierno dieron un fruto lastimoso: la ley Cocopa consta de modificaciones constitucionales que no garantizan tierra a los campesinos, se centra en una autonomía relativa para las comunidades y no establece ningún compromiso económico por parte del gobierno que garantice un mínimo impulso para los más pobres del país, los pueblos indios. En fin, no se consiguieron recursos y tierra, pero sí la promesa gubernamental de respetar a la cultura indígena… que pronto podría morir de hambre.

El TLC no se volvió a mencionar después de la Primera Declaración. En el rumbo que tomó la insurrección, el pliego de los zapatistas se fue limitando cada vez más, hasta quedar reducido a cuestiones locales e indígenas. Si el EZ hubiera querido dar la lucha contra el nefasto tratado, hubiera necesitado vincularse a grupos de trabajadores de los tres países involucrados, es decir, tendría que haber abrazado el internacionalismo proletario.

Pero Marcos pensaba otra cosa y declaraba en 1994: Pensamos que tanto el gobierno norteamericano como el pueblo de los Estados Unidos, tiene que tener claro que en nuestro movimiento no hay nada que afecte sus intereses(…) el pueblo y el gobierno norteamericano se van a dar cuenta que nosotros no tenemos nada contra ellos… (Yo, Marcos, pág. 106)

Tercer acto: el que está por escribirse después de la Sexta y La otra campaña…
Al señalar las equivocaciones, no pretendemos golpes de pecho por parte de la dirección zapatista, tampoco nos interesa el debate visceral. Hacer un balance de los altibajos de todos estos años de lucha, como se señaló al inicio de estos párrafos, es un ejercicio obligado para quienes pretendemos continuar en la pelea por un mundo más justo.
De los aciertos del EZLN no hay más que decir que el recuerdo de esa primera mañana del año 1994 ha quedado grabada en la mente de millones de trabajadores y de marginados y en el corazón de quienes creemos que un mundo socialista es posible.



Entrevista a Edgar Zapata bisnieto de Emiliano Zapata. Opinión sobre el neo-zapatismo
Zapatismo y neozapatismo

Son dos movimientos que nacieron de la misma ideología y se sustentan en el respeto y el rescate de las tradiciones, es decir, en el espíritu del zapatismo. El zapatismo histórico es de 1910 al 1919, y el neozapatismo es de 1994 y está en las tierras de Chiapas.

¿Qué es lo que quería Zapata? La total autonomía de los municipios, y eso es una de las aportaciones de Zapata que pocos conocemos. Él hizo su ley de autonomías municipales. Y ¿qué es lo que implementaron los neozapatistas? También un espacio autónomo.